Clara Luna 

“No sé si yo me intereso por la música o es la música la que me atrapa a mi. Creo que un músico hace de filtro de la música que existe en algún lugar y te utiliza para mostrarse a los demás”.

Clara Luna nació en Barcelona el año 1980. En el barrio del Guinardó, en una casa que sus padres llenaban de música los fines de semana. “En casa había de todo, mi padre ponía copla, luego mi madre sardanas, canciones navideñas cubanas, música clásica, jazz…hay un gran bagaje en mi disco duro que sale de aquellos primeros años”.  Clara pidió un piano para Reyes con tan sólo cinco años. Le trajeron, en cambio, un profesor particular que, al ver sus aptitudes,  recomendó a sus padres que la apuntaran al Conservatorio de Música de Barcelona.

Años en el Conservatorio: “Tuve la suerte de estudiar con Mercedes Molero, una de las mejores, se entregaba a la música con pasión, ganas y con todo el respeto del mundo”.

Clara estudió el grado medio del plan 66 con Mercedes Molero y Ramón Coll, formándose como intérprete de piano clásico pero haciendo un guiño a la música contemporánea trabajando, entre otros, con Albert Sardà y Ludovica Mosca. Disfrutó en su examen de octavo de piano y los profesores reconocieron que hacía años que no se lo pasaban tan bien. “Me gustó que me dijeran eso, yo es lo que espero de la música, que fluya”.

Cambio de registro: “Acababa de terminar una parte de la carrera de piano y me cuestionaba si me quería dedicar a eso. Pero entendí que me atraía más empezar a descubrir la música moderna, el jazz y cantar”

La cantante compaginó su último año de octavo de piano con sus primeros contactos con la música moderna. Entró en el Taller de Músics de Barcelona estudiando jazz, voz y piano. Aunque no quería abandonar del todo el piano clásico y seguía recibiendo clases esporádicas del pianista brasileño Luiz de Moura Castro, quien la animó a seguir su instinto. No sin antes hacerle descubrir muchas partituras del Brasil y de otros compositores sudamericanos que, poco a poco, atraparían a la cantante que seguía introduciéndose en el mundo del jazz, estudiando con profesores que le ofrecían herramientas para expresarse a través de la voz y las armonías modernas, como son Ana Finger, Xavi Maureta, Jorge Rossy y Pere Arguimbau. También recibió master clases en diversos seminarios de Luciana Souza, Claudia Acuña, Michele Weir, Dick Oatts, Seamus Blake o Bill Steward. Durante aquellos años se interesa por distintas técnicas vocales como el Voice Craft, que trabaja con Viv Manning y Helen Rowson, y el Somathic VocieWork, con Jeannie LoVettri y Theo Bleckmann. La cantante, inquieta, siempre buscando ampliar conocimientos, trabaja con Franco Fussi y Mònica Miralles.

Lunar Project: “Fue la primera vez que construía alguna cosa mía. Cuando miro atrás estoy muy orgullosa de que mi primer disco fuera mi música original”

Tuvo la oportunidad de trabajar con gente como Bobby McFerrin con el Ensemble Vocal del taller de Músics (Festival de jazz de Barcelona 2002), con Joan Albert Amargós (Festival de Músiques de la Mediterrània 2005). También de participar en la Original Jazz Orquestra del Taller durante 4 años bajo las órdenes de Vicens Martín, y de cantar con la Girona Jazz Project con Perico Sambeat como director. También ha trabajado con el coreógrafo David Campos, en el espectáculo “En Clave de Jazz”.

En el 2005, Clara forma su primer grupo con otros compañeros del Taller, Lunar Project, donde empieza a componer temas originales suyos y quedan finalistas del concurso de Jazz Sala Montjuïc, hecho que hace que New Mood Jazz se interesa por gravar su primer cd “Lunar Project, Supernova” (New Mood Jazz, 2007). Clara lidera este proyecto durante más de tres años, dándose a conocer dentro del circuito de jazz, actuando en ciclos y festivales como  el Festival Internacional de Jazz Heineken de Canarias, y reciben  el Premio Enderrock a la Mejor Propuesta del año 2007.

Buscando un camino propio: “Pensé que ya había recopilado material suficiente de las escuelas y que a partir de aquel momento las iría a buscar yo misma” 

Clara Luna rompió en aquellos años los vínculos con las escuelas, decidiéndose a buscar ella misma nuevos caminos para su música. La búsqueda se detuvo un par de veces en Brasil. “Iba a muchos conciertos, hablaba con los músicos, descubrí otra manera de vivir la música, menos racional de lo que yo había aprendido. Allí la música está en todas partes y ver todo eso me desvinculaba aún más de los conservatorios. Aún recuerdo ver unos niños que salían de la escuela, nada más ver el swing con el que caminaban… ¿cómo no tienen que hacer buena música?”

“Nova York es energía pura 24 horas. Cualquier expresión artística allí se multiplica. Volví con la mirada más amplia. Y con un extra de confianza después de hacer ‘jams sessions’ con músicos brutales!”

En el año 2009 decide pasar una temporada en la ciudad de Nueva York, donde estudia con músicos de la talla de Steve Coleman, David Berckmann, Theo Bleckmann y Jeannie LoVettri. Se impregna todo lo que puede de la energía de esta ciudad, que decide ir visitando de vez en cuando, ya que a su vez conoce al contrabajista madrileño afincado en Nueva York, Javier Moreno, con el que comparte un proyecto donde unen sus músicas y exploran las sonoridades que se cuecen a los dos lados del charco. Cuando vuelve a Barcelona grava su segundo cd en compañía de Xavi Maureta y crean el espectáculo “Coleing Porter”, como tributo a la música de este gran compositor, haciendo arreglos donde deciden experimentar con instrumentos que no son exactamente jazzsísticos – como la sierra, que en el disco toca Pepino Pascual-, y buscan nuevos colores y texturas para una música que fue creada para los musicales de Broadway, pero que “como toda la música, si se trata con respeto y cariño, puede llegar a traspasar las leyes del espacio y el tiempo y sentirse de cualquier lado”. En el disco hay un poco de tanguillo, amalgamas, delicadeza, energía, sencillez… con colaboradores de lujo como Jordi Bonell, Adam Kolker, Pepino Pascual y Martí Serra.

La Barcelona de Clara

En Barcelona ha trabajado con músicos como Gemma Abrié, Nadia Basurto, Arecio Smith, Santi Careta, Jose Alberto Medina, Abel Boquera, Roger Más, Carlos Falanga, Laia Fortià, Clara Peya, Marco Mezquida y muchos más. Músicos de su generación que como ella, están decididos a hacer de su música una vía de expresión inconformista, que quiere experimentar, crear, y seguir transformando la realidad musical del país.

Por otro lado también ha participado en formaciones más reducidas como el dúo de guitarra y voz con el guitarrista Albert Vila. Este proyecto la ha obligado a trabajar la voz de otra manera. “La proximidad íntima con el otro instrumento hace que los dos adquieran otros roles, los dos hacen melodías, ritmos, armonías y espacios de silencio, y cuentan historias. Historias que han gravado en su cd “Moments”.

En la actualidad

Después de 10 años de profesionalidad en el sector, sus inagotables inquietudes la llevan a recoger sus visiones de la música en un nuevo proyecto, el más personal hasta el momento, donde de despoja de todo para enseñar quién es y qué piensa Clara Luna, cómo siente y cómo se emociona, cómo juega y deja que la música pase por dentro suyo y salga en forma de composiciones originales y algunas versiones de temas que han sido claves en algún momento de su vida. Y no deja de trabajar en nuevos proyectos que miran cada vez más hacia dentro, en una búsqueda de una esencia propia que la cantante se exige cada vez más.

“El jazz ha sido mi vehículo de expresión hasta ahora, como antes lo había sido el piano clásico. Son maneras de darle forma a mis necesidades artísticas. Pero en realidad, da igual como se llame mi música estéticamente. Me gusta descubrir. Mi manera de entender la vida es a través de la música y es lo mejor que puedo ofrecer”.